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La necesidad de romper las cadenas de la opresión: Sobre el ataque terrorista de la supremacía blanca en Charleston

By Organización Socialista Camino de la Libertad

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La noche del 17 de Junio en la iglesia Emanuel AME de Carolina del Sur, el supremacista blanco Dylann Storm Roof de 21 años de edad abrió fuego sobre un grupo de oración. Este acto de violencia racista acabó con la vida de nueve Afro Americanos, incluyendo la de un Senador de Carolina del Sur que era pastor de la Iglesia.

Esta Iglesia posee un profundo significado para la comunidad Afro Americana de Charleston.

En 1822, Denmark Vesey, uno de los fundadores de la Iglesia Emanuel AME, fue capturado por las autoridades esclavistas por planificar una rebelión de esclavos, siendo ejecutado posteriormente junto a otros 36 esclavos. Las autoridades locales en colaboración con vigilantes racistas quemaron la iglesia haciéndola cenizas. Se crearon Leyes restringiendo cualquier tipo de asamblea o reunión de esclavos. También se formaron las patrullas de vigilantes, estas fueron las primeras organizaciones formadas para acosar a los negros. Estos son los tipos de ataques terroristas que históricamente ha sufrido la comunidad negra en los EE.UU.

Esta violenta opresión se ha sentido severamente en la Franja del Sur, conocida como el “Black Belt South” en ingles, la cual se extiende desde Maryland hasta la zona oriental de Texas. Ese territorio del Sur tenía la concentración más alta de esclavos trabajando en las plantaciones, los cuales representaban la mayoría de la población. Es en esta Franja del Sur donde los esclavos africanos, compartiendo una cultura, economía y lenguaje común, forjaron su propia nación. Esta nación incluye el área alrededor de Charleston, al igual que la mayoría de las ciudades negras como Atlanta, Georgia y Birmingham, Alabama.

No podemos dejar de recordar el bombardeo de aquella histórica iglesia Afro Americana de la 16th Calle en Birmingham, Alabama el 15 de Septiembre de 1963. Este infame acto terrorista de la supremacía blanca fue realizado por cuatro miembros del Klux Klux Klan, colocando en los escalones de la entrada de la iglesia un mínimo de 15 barras de dinamita atados a un dispositivo de tiempo. Este ataque mató a cuatro niñas, Addie Mae Collins, Cynthia Wesley, Carole Robertson y Carol McNair.

El gobierno mostro poco interés en suprimir el auge de los individuos y grupos pertenecientes a la supremacía blanca. Es un hecho conocido que muchos de los departamentos de policía dentro y alrededor de la Franja del Sur están infectados con miembros de grupos terroristas como el KKK. Este hecho se evidencia cuando un policía de Fruitland Park cerca de Orlando, Florida fue obligado a renunciar después de darse a conocer que era miembro de la KKK. Tampoco nos podemos olvidar de los tres guardias penitenciarios de la Florida que fueron acusados de planificar el asesinato de un recluso negro. Esos tres oficiales correccionales también eran miembros del KKK. Los departamentos de policía en la Franja del Sur son las patrullas esclavistas de los tiempos modernos, utilizados para reprimir a los Afro Americanos.

En Carolina del Sur, la bandera de la Confederación aun vuela sobre el capitolio como símbolo de la brutal opresión, que auspiciada por un terrorismo de estado, hace siglos somete a los Afro Americanos a las condiciones más severas.

La opresión de la nación Afro Americana se manifiesta en parte como violencia de estado, donde las personas negras son reprimidas brutalmente por la policía. La violencia de los supremacistas blancos se encuentra atada a la opresión nacional, ya que los racistas defienden los intereses de la clase dominante en un intento de aterrorizar a la nación Afro Americana con el fin de mantener el status quo. Los vigilantes racistas son apoyados por los sectores más reaccionarios de la clase dominante, quienes desean frenar los avances del movimiento de liberación, mientras que la policía actúa a favor de los intereses del 1%, quienes se benefician de la opresión del pueblo negro. Todo esto nos demuestra cómo se encuentra entrelazado el terror policial y la violencia racista.

Un reciente estudio demostró que en los EE.UU un hombre negro es asesinado cada 26 horas, ya sea por la policía o por un vigilante racista. Otro estudio indica que las mujeres negras representan casi el 20% de los Afro Americanos que han sido asesinados, al estar desarmados, por la policía en los últimos 15 años. La sobrevivencia de los Afro Americanos depende de nuestra capacidad de construir un movimiento que luche contra esta tiranía

Hace unos meses el pueblo Afro Americano de Baltimore se reveló demandando “Justicia para Freddie Gray”, el joven Afro Americano que fue asesinado por la policía de Baltimore. Fue el pueblo movilizádo masivamente en la calle, enfrentándose a la Guardia Nacional y a la policía anti disturbios, que produjo que se les imputaran los cargos de homicidio a los 6 policías asesinos. El pasado Agosto el pueblo de Ferguson igualmente se reveló contra el terror policiaco que le cobró la vida al joven Afro Americano del 18 años de edad Michael Brown. Tampoco podemos olvidar el asesinato hace unos años atrás de Trayvon Martin en manos del vigilante racista George Zimmerman, y que fue precisamente la protesta masiva del pueblo y de los activistas que cerraron el departamento de policías de Sanford, que obligó a que el estado presentara cargos en contra de Zimmerman. A principios de Junio de igual modo se vio la indignación del pueblo en McKinney, Texas después que un policía saliera en un video arrestando violentamente en una piscina comunitaria a una joven Afro Americana de tan solo 14 años. El video inspiró la movilización de miles de personas a las calles, obligando la renuncia del oficial.

El célebre líder negro Robert F. Williams dijo, “Sabemos que el racista es básicamente un cobarde, porque depende de la supremacía de su violencia, la supremacía de sus números. Él depende de la supremacía de sus leyes para defender el mal que comete. La única manera de contrarrestar eficazmente es manteniendo nuestro poder de resistencia y creando nuestras propias medidas disuasorias. Esto puede ser que traiga represalias políticas, pero a nosotros no nos preocupa la política. Nosotros estamos interesados en sobrevivir y la forma en cómo esto culmine no es culpa nuestra. Nuestra necesidad de defendernos nace en el fracaso de la ley constitucional de proteger nuestros derechos”.

Como movimiento nuestra mejor defensa en contra de la opresión nacional es una mejor ofensiva. Necesitamos un movimiento liderado por la clase trabajadora Afro Americana para derrotar la opresión de la nación Afro Americana. Necesitamos construir un movimiento y una organización de liberación para derrotar la opresión nacional y la violencia racista. Es evidente que el auge de la violencia racista y la represión policial significa que nuestro movimiento en contra de la opresión nacional está creciendo, el enemigo los sabe y está haciendo todo lo posible para derrotar nuestro avance. Como dijo Mao, “Los reaccionarios son tigres de papel”, sus días están contados y ellos lo saben.

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